El artículo parte del proceso que se produce en las organizaciones cuando disponen de un buen sistema de GIS y alguien en algún momento plantea la siguiente reflexión: si tenemos estos datos, esta capacidad de consulta, de representación, a que esperamos para poder explotar todo esto en campo, o sea mediante dispositivos móviles.

Comenté en un artículo anterior que las tareas que se realizan en campo poco tienen que ver con aquellas que se realizan en el despacho, no profundizaré sobre ello, pero lo que es evidente es que las tareas que se realizan desde campo suelen estar centradas en un flujo de trabajo continuo. Esto es, los operarios realizan tareas, campañas en las que el tipo de trabajo es siempre el mismo, revisión de incidencias, inventariado de árboles, inspección de elementos, hay centenares de ejemplos. Como comenta el artículo, puede haber cientos de flujos de trabajo y para realizar estas labores no es necesario disponer de toda la información del sistema, es más, si queremos optimizar las tareas que se realizan en campo tendremos que diseñar un entorno en movilidad orientado a ese flujo de trabajo.

Visto así es difícil hablar de un GIS de movilidad como reflejo de los sistemas de desktop que conocemos y si como flujos de trabajo adaptados a las tareas de campo. A veces esto se ve como un impedimento, ya que obliga a diseñar diferentes aplicaciones según el flujo de trabajo que se realiza, pero la experiencia demuestra que para un uso intensivo de este tipo de herramientas su diseño debe ser así.

Acabaré con una cita del artículo que creo resume en esencia lo expuesto, «le doy el trabajador de campo la información correcta para el lugar correcto en el momento justo para el dispositivo adecuado para realizar su trabajo».


@LuisAguilarCruz es CTO en aiscadmobile