En la segunda mitad del siglo XVII, el editor romano Antonio Lafreri incluyó por primera vez en sus recopilaciones personalizadas de mapas, un Atlante sujetando la bola del mundo sobre sus espaldas. Estas recopilaciones, hoy conocidas como los «Atlas de Lafreri» reunían mapas, planos y vistas de autores diferentes y de diversas características, aunque en realidad fue un poco mas tarde, en 1602 en una edición póstuma de su «Atlas sive cosmographicae meditationes....», cuando Mercator utilizó por primera vez la palabra Atlas para referirse a una colección de mapas, y dónde el propio Mercator explica el origen de la figura que sostiene el mundo que esta «dedicada a un rey de la cordillera norteafricana del Atlas, astrólogo, cuyo anhelo era convertirse en montaña para tocar los cielos» (1).
Tanto Lafreri como Mercator, contribuyeron a establecer «la fórmula clásica de volúmenes conteniendo el mundo entero y llamados, a partir de entonces, según el uso introducido por Mercator, atlas» (2). Hoy, 400 más tarde, nos podemos encontrar atlas que no solo describen el mundo existente, si no también lo que no existe, como este libro que nos presenta Nick Middleton sobre países que no existen, en una edición muy cuidada, con tapa dura e impreso a cuatro tintas y un excelente diseño de los mapas y del libro en general, a cargo de Sara Greeno.
El atlas de países que no existe, recoge cincuenta historias de países no reconocidos oficialmente, que faltan en la mayoría de los mapas y que a pesar de sus nombres extraños, Pontinha, Cabinda, Transnistria..., son lugares reales, con bandera propia y habitantes que reclaman la legitimidad de su territorio, aunque en muchos casos con pocas probabilidades de que eso ocurra.
Existen muchos atlas que sintetizan la realidad física, social y/o económica de un territorio, bien sea la Tierra entera, un continente, una región, pero el Atlas de países que no existen no es una atlas al uso, es más bien un libro de historias olvidadas, un retrato desde otro punto de vista de lugares cotidianos (o no).
Escrito de forma amena y sin buscar la polémica en un tema que puede ser muy conflictivo, pero con rigor y de forma inteligente, el libro incluye territorios como el Principado de Seborga, un pueblo de 5 km2 con 316 vecinos en Italia, cerca de Mónaco, que se declaró independiente en 1995, después de un referéndum local, con el argumento que el pueblo nunca había pertenecido a la Casa de Saboya y por tanto nunca perteneció al reino de Italia, ni a la actual República Italiana.
Y aunque, como el propio autor reconocen, no están todos los que son, merece la pena descubrir con Middleton la cantidad de «no países» o países que no existen a ojos de otros países. Algunos son conocidos, como Cataluña, Taiwan, el Tíbet, Groenlandia otros no lo son tanto y son casi una broma a pesar de contar con moneda propia, como Sealand, una micronación asentada sobre una plataforma marina creada durante la II Guerra Mundial por la Armada británica para derribar a la aviación alemana.
El libro esta planteado a partir de la pregunta que se hace Middleton: ¿qué es un país?, no tan fácil de responder como en un principio puede parecer. Podemos encontrar definiciones país más o menos ortodoxas, pero en realidad tienen numerosas excepciones. La wikipedia lo define como un «territorio con características geográficas y culturales propias, que puede constituir un Estado soberano, o una entidad política dentro de un Estado», lo cual no es decir mucho, Que quiere decir «características geográficas y culturales propias» en Brasil, China o Rusia, países que superan los 8 millones de kilómetros cuadrados de superficie, tienen diferentes husos horarios y son habitados por etnias muy diferentes entre si. La frecuencia con que empleamos indistintamente país, nación o estado tampoco ayuda.
Cuanta Nick Middleton como los habitantes de Siam, que en 1880 se preguntaban que sentido tenía esa obsesión de su rey por marcar las fronteras con precisión. La anécdota destaca como en aquel entonces «... una provincia existía en un lugar determinado, pero ese lugar no la definía. El territorio, en sí mismo, era casi lo de menos. Lo que realmente importaba era la gente... donde la gente apenas solía poner el pie, no merecía la pena fijar una frontera».
Quizá tenga razón Frank Zappa cuando decía que no se puede ser un verdadero país a menos que se tenga una cerveza y una línea aérea. Sirve de ayuda contar con algún equipo de fútbol o armas nucleares, pero al menos se necesita una cerveza (3).
Ficha del libro
- Autor/a: Nick Middleton
- Editorial: Geoplaneta
- País: España
- Fecha edición: octubre 2016
- Precio: 24,95 (papel)
- ISBN: 978-84-08-16009-0
- Nº de páginas: 232 páginas
- Idioma: Español
Enlaces relacionados
- (1) Piezas cartográficas de la colección Gondomar. Real Biblioteca de Patrimonio Nacional
- (2) Geografía y cartografía renacentista (Akal Historia de la Ciencia y de la Técnica 13). Página 32
- (3) «The Real Frank Zappa Book». Capitulo 12, página 231
- Página oficial de Nick Middleton, autor del libro, geógrafo británico, escritor, guionista y presentador de documentales