Lógicamente, ello envuelve la necesidad de invertir recursos económicos, puesto que la tecnología (de punta en este caso), normalmente absorbe cifras considerables que no todos los involucrados en las citadas tareas tienen disponible. En dicho sentido, grandes intenciones quedan precisamente frustradas o con resultados no tan inmediatos, aspecto que logra que la eficiencia se encuentre disminuida.
Pensando en el caso de disponibilidad de recursos para tecnología que apoye este proceso (regularización del derecho propietario de las tierras rurales o urbanas), se debe pensar en la adquisición de una variedad de herramientas tecnológicas, es decir, empezando por los Sistemas de Información Geográfica (SIG), que se puede completar con software para el tratamiento fotografía aérea, de datos LiDAR, de vuelos de drones, etc., equipos geodésicos de alta precisión, además de software de ofimática, equipos de computación y otros periféricos de avanzada tecnología, sin dejar de lado la necesaria disponibilidad de acceso a Internet ya que hoy éste recurso es vital para acortar distancias y tiempos. Además, deberá ser contemplada la correspondiente capacitación para un uso eficiente y adecuado del equipamiento en mención.
El trabajo con software debe consistir en la implementación de licencias comerciales o libres para la gestión de la información, tanto concurrente como individual, basados en la cantidad de usuarios que se va a tener. Se debe georreferenciar fotografías aéreas e imágenes satelitales, digitalizar planos, generar y consultar bases de datos e imprimir planos y mapas, cumpliendo con todas las características que la regulación y normativa técnica de cada país exige, pues, dichos elementos cartográficos, forman parte importante en el proceso de provisión de la denominada «seguridad técnico-jurídica» a los propietarios de los predios o beneficiarios que realizan el trámite para luego recibir su «título de propiedad», dotado por los gobiernos locales y nacionales mediante sus correspondientes instituciones dedicadas al referido trabajo.
Similar situación se aprecia en el trabajo «de campo», sosteniendo intensa actividad apoyada por equipos geodésicos, aspecto que significa adquirir y poner en marcha por lo menos una mínima cantidad de los mismos; tecnología que ayuda en gran medida en el levantamiento de datos de campo, asegurando la precisión y rapidez en el registro de información.
En una siguiente etapa, se puede pensar en implementar herramientas informáticas que permitan publicar información en un sitio Web o visores geográficos, sirviendo para su difusión y libre acceso a visitantes o usuarios externos a la información, incluso teniendo capacidades que dichas herramientas ofrecen, como ser: lectura o consulta de la información de las bases de datos, medición de superficies, edición de cartografía determinada, superposición de mapas temáticos de la zona, hasta la correspondiente impresión.
Con lo expresado líneas arriba, se puede concluir que todo trabajo actual en la denominada «titulación de tierras» rurales y urbanas, se puede constituir en un importante usufructuario de geotecnologías de última generación, puesto que puede aprovechar de una manera intensiva y estratégica, todas las ciencias aplicadas disponibles para el cumplimiento de las tareas y metas propias del tipo de trabajo comentado e ilustrado en el presente artículo.