La investigadora Laura López-González de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (España) ha conseguido cartografiar datos de construcciones patrimoniales que hasta ahora no era posible con los métodos convencionales. Gracias al nuevo método desarrollado se ha logrado por primera vez la cartografía de diversos factores –como humedad, evaporación, salinidad, degradación del material, etc.– comparables en el tiempo. Esto lo convierte en una potente herramienta para interpretar los procesos dinámicos de deterioro en edificios históricos, que favorecerá la correcta y rigurosa interpretación de los datos para la restauración de los mismos.
El tratamiento digital de imágenes combinado con Sistemas de Información Geográfica abre un nuevo uso para la cartografía en bienes patrimoniales. Cabe destacar, por ejemplo, la posibilidad de generar nueva cartografía a partir de otra que ya existe y que puede ser utilizada y ampliada por los diversos agentes que trabajan en el bien a lo largo de todas las fases de restauración, conservación, difusión y gestión del mismo.
Se considera que el complejo proceso de estudio de un elemento arquitectónico se entiende con mayor exactitud haciendo mapas generados a partir de la combinación de diferentes datos en los que se observe la variación en el tiempo. Esto es así porque los instrumentos de ensayos, aunque nos dan información puntual exacta, no nos aportan la visión del conjunto necesaria para su correcta interpretación. Para lograr este objetivo, es indispensable la utilización de Sistemas de Información Geográfica (SIG).
Con este objetivo, se puso en marcha una investigación en el marco del Programa Geomateriales, financiado por la Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo. El estudio propone un nuevo método de cartografía de ensayos no destructivos en edificios históricos mediante el uso de técnicas basadas en SIG y se ha puesto a prueba con la estela, probablemente romana, de Cenicientos (Madrid).
Gracias a este método es posible elaborar y convertir una cartografía 3D (basada en nubes de puntos de un elemento arquitectónico obtenida mediante fotogrametría) en las llamadas cartografía raster y vectorial, legible por los sistemas SIG mediante un sistema de coordenadas particular que referencian cada punto de la nube obtenida por fotogrametría. A esta cartografía inicial se le ha denominado cartografía base.
Ensayos no destructivos
Sobre esta cartografía se pueden referenciar los puntos donde se realizan ensayos no destructivos. Esto permite generar cartografías de los ensayos referenciadas, ofreciendo la posibilidad de obtener sobre un mismo plano base diferentes datos de múltiples ensayos. Estas nuevas cartografías -denominadas cartografías de datos- han permitido cartografiar datos inéditos hasta ahora por métodos convencionales.
Además, se ha logrado que todas las cartografías de los diversos factores y datos analizados conformen un archivo único, una planimetría base extremadamente exacta en 2D y 3D sobre la que se pueden volcar absolutamente todos los datos de los diferentes agentes intervinientes. De este modo, se vinculan diferentes bases de datos con la cartografía digital y de forma dinámica.
Mediante este sistema se facilitará una mejor visión del conjunto de los datos obtenidos en el estudio del edificio histórico, lo que favorecerá la correcta y rigurosa interpretación de los datos para su posterior restauración. Además, como señala López-González, «esta nueva cartografía fomenta el trabajo interdisciplinar en la elaboración del diagnóstico y es de gran la utilidad en el estudio del deterioro y la humedad, lesiones frecuentes en la restauración del patrimonio».