A medida que se desarrollan nuevas alternativas tecnológicas en el campo de las comunicaciones y los Sistemas de Información Geográfica, están apareciendo nuevas apps de geografía que, haciendo uso de información espacial, tienen como objetivo enseñar, divulgar, o simplemente jugar con conceptos y elementos geográficos, pero no todas son iguales.

Una característica común que se puede encontrar en la gran mayoría de este tipo de apps es su aspecto lúdico, al ser concebidas como apps de entretenimiento. Y muchas solo pretenden ser eso, entretenimiento. No obstante, que estas apps sean lúdicas no debe nublar tanto nuestra vista como para no ver que existen apps de geografía que parecen un juego pero que no lo son. Hablamos de apps que aplican mecánicas y elementos propios de los juegos a procesos didácticos cuya intención no es únicamente buscar lo lúdico. Son apps creadas para aprender geografía mientras se juega, es decir, apps adecuadas para la gamificación del aula, ya que trasladan las técnicas de los juegos al ámbito educativo, para así interiorizar lo aprendido de una forma más divertida.

¿Cómo saber si una app de geografía es solo un juego o, en contra, puede ser de utilidad en el aula por sus características didácticas? O ¿cómo saber si una app es un juego para aprender geografía o simplemente usa la geografía como tema para jugar?

Para dar respuestas a estas preguntas, en este artículo se definen un conjunto de criterios que permiten evaluar la adecuación de una app como recurso didáctico, habilitándola así para ser incluida en el aula. En concreto, nos centramos en las apps sobre geografía del tipo trivial, es decir, apps de preguntas-respuestas que responden a preguntas del tipo: ¿dónde está el Tajo? o ¿qué pico es? Este tipo de apps son muy comunes en las tiendas de Android e iOS y suelen tener mucha aceptación entre alumnos y profesores al ofrecer una manera de aprender geografía lúdica y divertida. Sin embargo, ¿son todas estas apps un recurso útil para ser incluido en el aula, inmersas en una programación didáctica?

Geografía y Didáctica

La Geografía, al igual que otras disciplinas, está muy influenciada por los avances tecnológicos, al facilitar la disponibilidad y el empleo de mapas y otros tipos de información para describir, clasificar y analizar cualquier clase de fenómeno geográfico. Dentro de estos avances, los Sistemas de Información Geográfica (SIG) son los que más se han beneficiado, ya que han experimentado una mejora sustancial desde los años noventa hasta la actualidad. Han ido de la mano del desarrollo de las comunicaciones, sistemas de posicionamiento y dispositivos móviles, convirtiéndose en herramientas básicas en todos los ámbitos. Uno de ellos es el personal; nuestros propios dispositivos móviles están geolocalizados en todo momento, lo que permite, entre muchas otras cosas, el empleo de información geográfica para determinar el camino más corto a un lugar u obtener un pronóstico del tiempo atendiendo a nuestra posición.

No cabe duda de que todo lo que forma parte del desarrollo de una sociedad es susceptible de ser incorporado en la escuela, dentro de los contenidos del sistema educativo. Si la información geográfica está jugando un papel destacado en nuestra sociedad, el mismo papel debe desempeñar dentro del sistema educativo.

Quizás de la mano también de los avances tecnológicos, la didáctica de la geografía ha experimentado en las últimas décadas un cambio, una actualización. La geografía moderna se ocupa de estudiar la disposición y la naturaleza de la superficie de la Tierra: la organización espacial de los fenómenos que en ella tienen lugar y la interrelación del sistema físico y el humano que conforman sus características, así como la naturaleza y el significado de sus lugares y regiones constitutivas. Siendo así, el propio estudio de la geografía debe condicionar su didáctica, enfocándola a que los alumnos comprendan el mundo que les rodea, explorando e interrelacionando el clima, la política, la economía, la biología y otros temas. Con este enfoque, la didáctica de la geografía se aleja de la simple memorización de lugares y localización de hechos, es decir, del mero saber dónde, para pasar el umbral de un conocimiento más holístico y, por tanto, interdisciplinar.

En este punto, hay que destacar que las apps que hacen uso de información geográfica pueden jugar un papel importante en la didáctica, siempre y cuando se consideren recursos educativos inmersos en los contenidos y en la metodología docente. Si no son considerados recursos educativos, difícilmente estas apps pueden ser relevantes en la enseñanza formal de la geografía y quedarán confinadas al mero entretenimiento.

Como hemos dicho antes, en este artículo restringimos en rango de las apps de geografía a aquellas tipo trivial en las que los alumnos responden a preguntas basadas en localización de elementos geográficos.  La gran mayoría de estas apps geográficas se basan en el uso de mapas, generalmente políticos y físicos: países, capitales, relieve, ríos, etc. Así, los alumnos responden a preguntas cerradas relacionadas con la localización de esos elementos en los mapas mostrados. Ejemplos de este tipo de apps son: la española APPangea, las americanas Geo Touch o Barefoot, y la sueca Seterra.

A pesar de que pueda parecer que las apps de geografía tipo trivial solo se diferencian en el tipo de información que manejan (política, física, demográfica, etc.) la realidad es que se diferencia en mucho más. Si las analizamos como recursos didácticos, entonces nos daremos cuenta de que las características asociadas con un aspecto atractivo y una intención lúdica (básicos cuando se tratan únicamente de juegos), se consideran de segundo orden cuando se las compara con otras como son: el nivel educativo al que van dirigidos los contenidos, la facilidad de inclusión dentro de las metodologías docentes, o la facilidad que ofrece para que el docente evalúe los conocimientos adquiridos con su uso.

 

App de Geografía en Google Play
App de Geografía en Google Play

Criterios para ayudar a evaluar las apps de contenidos geográficos

A continuación, se definen una serie de criterios para ayudar a evaluar las apps de contenidos geográficos y el grado de adecuación como recursos didácticos dentro del ámbito de la educación primaria y secundaria, exclusivamente.

Criterio 1: coherencia

Este primer criterio está relacionado con los contenidos geográficos que trabajan la app y la adecuación de los mismos al nivel educativo de los alumnos. ¿A qué nivel educativo va dirigida la app? ¿Cuántos elementos geográficos: ríos, cordilleras, lagos, etc., trabajarán los alumnos en la app? ¿Cuáles?.

Se considera que una app es coherente para un curso, nivel o etapa educativa cuando todos o parte de los contenidos incluidos en la app son adecuados al nivel de los alumnos, y por tanto, aprender esos contenidos se convierte en un fin en sí mismo.  Por ejemplo, una app tendría un alto grado de coherencia para 4º de Primaria si trabajara, dentro de la geografía de España, los ríos mayores de 300 km, mientras que tendría un nivel bajo de coherencia para ese curso si trabajara una lista de cuarenta o cincuenta afluentes. Los alumnos de primaria no trabajan los mismos contenidos que los de secundaria, o por lo menos, no los trabajan al mismo nivel de detalle.

Tanto el número de elementos a localizar como el detalle de los mismos son de especial relevancia si se quiere considerar una app como coherente. 

Una app con un alto grado de coherencia para un nivel educativo es muy versátil, ya que permite que el docente la use en el aula de diferentes maneras. La primera es como una actividad en sí misma, en la que la app se convierte en una actividad cerrada, con unos contenidos y objetivos claros. La segunda es como un recurso inmerso y dependiente de otra actividad mayor, en la que la app está ahí para satisfacer solo un subconjunto de los objetivos de la actividad. En contra, el uso de una app con un bajo grado de coherencia para un nivel educativo debería estar atado siempre a una actividad mayor. En este caso, es aconsejable que el docente planifique bien lo que espera que los alumnos aprendan usando esa app, y que sea la actividad mayor la que justifique que el alumno trabaje con una app con un bajo nivel de coherencia.

Criterio 2: relevancia

No todos los contenidos trabajados en las apps de geografía son incluidos como parte del currículo de la educación primaria o secundaria. Se considera que una app es relevante cuando su contenido está alineado con el currículo, es decir, que forme parte de los contenidos que el alumno debe aprender en un curso, nivel o etapa concreta. Así, por ejemplo, una app que exclusivamente trabaja las banderas de cada país del mundo, y pregunta sobre a qué país pertenece cada una, tendría un bajo grado de relevancia en un primer curso de Educación Secundaria.

Criterio 3: estructura

Mapa sobre la campaña de Napoleón en Rusia (1812) presente en APPangea, basado en el gráfico de Minard de 1869
Mapa sobre la campaña de Napoleón en Rusia (1812) presente en APPangea, basado en el gráfico de Minard de 1869. Foto APPangea

 

Pese a que todas las app de geografía tipo trivial comparten el procedimiento de hacer preguntas del tipo ¿Dónde está…? o ¿Qué es?, no todas ellas lo hacen de la misma manera, ni estructuran las preguntas según su nivel de complejidad.

Una app de geografía se considera bien estructurada cuando plantea diferentes tipos de preguntas, ordenadas según el nivel de complejidad. Por ejemplo, una app bien estructura que trabaje los países de Europa tendrá diferentes tipos de preguntas que permiten al alumno escalar en el nivel de conocimiento;

  • preguntas sencillas del tipo ¿Qué país es…? (dando opciones de respuestas posibles)
  • preguntas más complejas que escarban en el conocimiento que el alumno está adquiriendo como, por ejemplo, ¿Dónde está Alemania? (y el alumno selecciona Alemania en un mapa)
  • preguntas que relacionan diferentes elementos geográficos, como son las del tipo ¿Qué países atraviesa el Danubio? (y el alumno selecciona el nombre de los países).

El tercer tipo de preguntas es más complejo de responder que el segundo, y el segundo que el primero, por lo tanto, dependiendo del nivel educativo del alumno, es posible que haya que priorizar un tipo de preguntas frente al otro o simplemente diseñar una secuencia o grupos de preguntas que crezcan en complejidad y se adecuen al aprendizaje del alumno.

Una app se considera mal estructurada cuando solo tiene un tipo de preguntas, o bien del grupo de la sencillas, o bien solo de las más complicadas. En este caso, existe una relación fuerte entre las apps poco estructuradas y las que tienen un bajo nivel de coherencia.

Criterio 4: progreso

Este criterio está relacionado con la percepción que tiene el alumno sobre su progreso en el aprendizaje exigido. Como hemos comentado al principio, la mayoría de apps de geografía están concebidas como un juego, en el que los alumnos ganan algún tipo de recompensa al responder adecuadamente a las preguntas. Sin embargo, en muchos casos, las recompensas no son un indicador suficientemente claro como para afirmar que el alumno está aprendiendo los contenidos.

Una app se considera que muestra bien el progreso cuando utiliza algún elemento de la interfaz para dar pistas sobre el avance del alumno en la asimilación de los contenidos, y además, ese avance es coherente con el aprendizaje real. Generalmente, las apps que muestran bien el progreso del alumno suelen estar bien estructuradas, y utilizan la dificultad de las preguntas, los contenidos y las respuestas correctas para obtener un indicador del progreso de los alumnos. Un ejemplo de app que muestra con claridad el progreso es aquella que utiliza barras (de progreso) o estrellas (u otros símbolos) para indicar un avance o cambio de nivel de conocimiento, aumentando los contenidos y/o la dificultad de las preguntas a su paso.

En contra, una app que no cumple este criterio sería aquella que hace tandas de preguntas aleatorias sobre los mismos elementos geográficos y, aunque el alumno gane recompensas, siempre tiene el mismo tipo de preguntas y sobre los mismos elementos. Este tipo de apps que no muestran adecuadamente el progreso suelen dar al alumno la libertad de elegir el número de veces que quiere repetir un ejercicio de este tipo.

Criterio 5: autonomía

Este criterio está relacionado con la asistencia que la app ofrece al docente para gestionar el aprendizaje de los alumnos y asistirle en la evaluación. Se considera que una app tiene un alto grado de autonomía cuando es capaz de informar al docente del progreso de los alumnos con el uso de la app o bien, ofrece recursos que facilitan la evaluación según los contenidos trabajados con la app. Un ejemplo de app con un alto grado de autonomía sería aquella que informa al docente del progreso de los alumnos a través de alguna plataforma de gestión de aprendizaje (tipo Moodle).

Por otro lado, se considera un grado medio de autonomía cuando la app ofrece al docente algún tipo de prueba, coherente con los contenidos que la app trabaja, y que le permita evaluar el progreso de los alumnos (dentro o fuera del aula). Por último, se considera que una app tiene un nivel bajo de autonomía cuando no da ningún tipo de asistencia al docente respecto al grado de adquisición de los objetivos planteados con el uso de la app.

Criterio 6: profundidad

Este criterio está relacionado con la didáctica de la geografía. La gran mayoría de las apps de geografía están limitadas a la localización de elementos geográficos: localizar ríos, localizar los climas de Europa, localizar los picos más altos de Asia, etc. Sin embargo, como se ha comentado anteriormente, la didáctica de la geografía no se restringe solo a la localización, por lo que se valora positivamente todas las apps que profundizan en la visión geográfica, interrelacionando con otras disciplinas, por ejemplo, Historia, o planteando otros objetivos diferentes a la localización de elementos como, por ejemplo, trabajar con climas y climogramas.

Así, apps que trabajan la edad media en España, enfocando los contenidos en los mapas históricos, está profundizando más allá de la localización de elementos geográficos. Del mismo modo, una app que trabaje la lectura, análisis y relación de climogramas con los climas de un territorio tiene un nivel mayor de profundidad didáctica que aquella que trabaja únicamente la localización de ríos. 

Criterio 7: gamificación

Este criterio está relacionado con la aplicación de mecánicas y elementos propios de los juegos a entornos educativos. La mayoría de apps de geografía están orientadas a ser un juego, algo divertido. No obstante, la gamificación se debe entender como la aplicación de las mecánicas de los juegos, lo que no implica siempre un aspecto lúdico del aprendizaje. Las apps con un alto grado de gamificación deben ser aquellas que enganchan a los alumnos y los motivan para seguir aprendiendo con la app, pero sin menoscabo del objetivo principal: ser un recurso de enseñanza-aprendizaje.  Una app centrada en el aspecto lúdico, pero que descuida los criterios de coherencia, relevancia y estructura, pierde utilidad dentro del aula.

Capturas de pantalla de APPangea, una app para aprender Geografía jugando
Capturas de pantalla de APPangea, una app para aprender Geografía jugando. Foto APPangea

Conclusión

En este artículo se ha definido un conjunto de criterios para evaluar apps de geografía, centrándonos en las apps sobre geografía del tipo trivial, es decir, apps de preguntas-respuestas que responden a preguntas del tipo: ¿dónde está el Ebro? o ¿qué país es? Estos criterios sirven como base para evaluar las apps y así comprobar su adecuación como recursos educativos inmersos en los contenidos y en la metodología docente de un curso, nivel o etapa concreta (dentro de la educación primaria y secundaria). 

Los siete criterios (coherencia, relevancia, estructura, progreso, autonomía, profundidad y gamificación), abordan diferentes aspectos de las apps para buscar su adecuación como recurso didáctico. Los criterios de coherencia y relevancia están más enfocados en los contenidos trabajados y su relación con el currículo de cada enseñanza. Los criterios de estructura y progreso relacionan el nivel educativo de los alumnos con la manera en la que adquieren el conocimiento. El criterio de profundidad está asociado con la didáctica de la geografía. Por último, los criterios de autonomía y gamificación están enfocados en la motivación y la manera de enganchar a los alumnos para que ellos mismos aprendan  de manera autónoma.

En un próximo artículo hablaremos de las apps más destacadas del mercado, basándose en el grado de adquisición de estos criterios.

 

Jose E. Córcoles Tendero es doctor en Informática, Licenciado en Antropología Social y Cultural y profesor del Cuerpo de Secundaria de la JCCM en la especialidad de Geografía e Historia. Correo-e: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. Este artículo está escrito desde su posición como responsable del área de didáctica y contenidos de APPangea, una app para aprender geografía jugando